Al mismo tiempo que tú estás sintiendo las contracciones de la labor de parto, tu bebé está pasando por un proceso muy intenso que lo llevará hasta tus brazos. Tal vez nunca lo has pensado de esta manera, pero tu bebé es quien pone el parto en marcha, ya que es él quien sabe de modo instintivo cuando debe nacer. Esto se debe a que es sensible a los cambios hormonales de tu cuerpo. Cuando en tu cuerpo hay una disminución en los niveles de estrógeno y de progesterona, y un aumento de prostaglandina y de oxitocina, tu bebé recibe la señal de que ha llegado el día de su nacimiento.

Una vez que tu bebé se ha dado cuenta que debe dejar el útero, se prepara para nacer y empieza a acumular mucha energía, absorbiendo una gran cantidad de nutrimentos a través de la placenta. De igual forma, tu bebé comenzará a producir una gran cantidad de endorfinas, las cuales disminuirán su dolor al momento de atravesar el canal uterino.

En un parto sin complicaciones, cuando tú empiezas con las primeras contracciones, tu bebé ya habrá adquirido la posición fetal para nacer. Es decir, estará con sus extremidades encogidas y su cabecita justo por encima del canal de parto. A diferencia de lo que tú puedes llegar a sentir, las contracciones no le provocan ningún dolor, ni malestar a tu bebé. Incluso se cree que el movimiento de las contracciones sobre la placenta llega a ser placentero para él.

Una vez que el cuello uterino se ha dilatado y que las contracciones se vuelven regulares, frecuentes y más dolorosas, tu bebé provocará el rompimiento del saco amniótico para anunciar que está listo para ser recibido. Como resultado de la fuerza de gravedad y de las contracciones de las paredes uterinas, tu bebé empezará a descender por el estrecho canal de parto.

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Cuando llega por fin al último tramo y es momento de salir al mundo, tu bebé sentirá los empujones de tus contracciones. Estas no le causarán dolor, pero sí lo guiarán a través de la pelvis para que encuentre la salida.

Tu bebé, después, atravesará los músculos del periné y sacará su cabecita al mundo. Tu médico o partera lo ayudarán a que su cuerpo salga más rápidamente. Su primer reflejo será respirar y llenar sus pulmones de aire, lo cual conseguirá en un segundo y lo demostrará con un potente llanto. Este por lo general es un síntoma de que está saludable. Para conocer más acerca del examen físico del recién nacido, da clic aquí.

Justo después de su nacimiento, tu bebé solo encontrará tranquilidad una vez que lo pongan sobre tu pecho. (Ver artículo Contacto piel a piel del recién nacido).

En sus primeros momentos de vida, solo tú representas la seguridad y el amor que necesita.

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Sin embargo, lo que recomiendan las organizaciones de salud es que mamá e hijo estén juntos las primeras horas después del parto. En este video, Wadi Cova, educadora perinatal, doula y experta en medicina placentaria, te habla de tu derecho para exigir tener contacto inmediato con tu bebé, aunque las normas del hospital dicten lo contrario.

¡Te invitamos a ver este video para que conozcas como debería ser tu contacto inmediato con tu bebé dentro del hospital!

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• ¿Cuáles son las razones por las que la mamá necesita tener un contacto inmediato con su bebé después del parto?
• ¿Cuáles son las razones por las que todo bebé necesita tener un contacto inmediato con su mamá?
• ¿Qué es la medicina placentaria y en qué consiste?

• El bebé se siente seguro y a salvo. Gracias a esto podrá secretar las hormonas que su cuerpo necesita para que su metabolismo empiece a funcionar como debe.
• El cuerpo de la mamá puede graduar su temperatura de acuerdo a lo que el bebé necesita.

Wadi también te habla de cómo el contacto inmediato es utilizado como un método de rehabilitación para bebés prematuros, llamado método canguro, el cual ha dado importantes y positivos resultados. Si esto sucede con bebés prematuros ¡imagina lo que logra en los bebés a termino!

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No te pierdas el video y conoce más ventajas del contacto temprano piel a piel entre la mamá y el bebé.

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• ¿Qué productos se pueden hacer con la medicina placentaria?
• ¿Cómo influye el contexto sociocultural para que exista un contacto inmediato entre la mamá y su bebé?

Debido a que el estómago de tu bebé recién nacido es muy pequeño, consumirá una cantidad mínima de tu calostro, la primera leche que produces. El calostro tiene un altísimo contenido de nutrientes y anticuerpos diseñados específicamente para satisfacer las necesidades de tu bebé recién nacido. Por lo tanto, no debes preocuparte si sientes que tu producción de leche es baja. Además, esta primera toma será el estímulo que tu cuerpo necesita para seguir produciendo la leche que tu bebé necesitará en un futuro.

Después de su primera comida, debes observar a tu bebé para identificar sus primeras señales de hambre y darle de comer antes de que llegue al llanto. Los recién nacidos con hambre suelen demostrar algunas de las siguientes señales:

• Se llevan la manita a la boca y la empiezan a chupar.
• Abren y cierran la boca .
• Si les tocas el cachete con tu dedo o pezón, abren la boca.
• Si les metes el meñique dentro de la boca, lo succionan .
• Algunos bebés mueven la cabeza de atrás para adelante.
• Lloran (si llegan al llanto, es una señal de que están muy hambrientos y puede ser más difícil que se sujeten a tu pecho por la ansiedad con la que querrán comer).

Es importante que le des de comer a tu bebé cada vez que te lo pida y no de acuerdo a una rutina. Es normal que te pida de comer 8 o más veces en un día. Incluso, es normal que te pida de comer de modo muy frecuente durante unas horas y luego se espere por varias horas para volver a querer comer. Si le estás dando fórmula, es posible que coma con menor frecuencia. En sus primeros días de vida, no deben pasar más de 4 a 5 horas entre cada comida.

Será durante las primeras 72 horas después del nacimiento de tu bebé que aprenderás a familiarizarte con las actividades y sonidos que hace tu bebé para pedirte alimento.

Mantenlo cerca de ti, para poder observarlo.

¡Disfruta de esta bonita etapa y siente esa gran conexión entre tú y tu bebé!

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Nosotros te recomendamos que para evitar cualquier complicación, pospongas el primer baño de tu bebé hasta que se caiga solo su cordón umbilical. Sin embargo, si te preocupa el aseo de tu bebé, lo puedes limpiar antes de su primer baño con la ayuda de una esponjita humedecida con agua tibia (no hace falta usar champú, ni jabón), procurando no mojar su ombliguito. Estos baños de esponja servirán para relajarlo y también como actividad de conexión emocional entre tú y tu bebé. Sin embargo, te recomendamos que te esperes por lo menos 24 horas, si no es que más, antes de darle este baño con esponja. Esto permitirá que el vérnix caseosa, la sustancia que recubre a tu bebé al nacer y que tiene propiedades inmunes, no se caiga y lo proteja del medio ambiente en sus primeros días de vida.

Una vez desprendido el cordón umbilical, tu bebé está listo para tener su primera experiencia en la tina de agua. Tu bebé recién nacido no necesitará bañarse tan seguido como un niño pequeño o un adulto; ya que no suda, ni tiene actividades que hagan que se ensucie. Es posible que tu médico te recomiende que realices los baños solo dos o tres veces por semana para no resecar su tierna piel. No obstante, si lo quieres hacer más seguido, usa productos neutros y sin perfume e intenta a veces bañarlo únicamente con agua tibia.

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Bañar a tu bebé puede ser una experiencia placentera, que sirve como actividad de unión familiar.

¡Disfrútala!

Comúnmente un bebé recién nacido, que está saludable y que nació a término, tiene la piel color roja o rosácea. Es posible que el color de los dedos de sus pies y manos sea azul por la poca circulación de sangre que hay en la zona durante las primeras horas. También es común que una sustancia blanca, grasosa y espesa cubra toda su piel. Esta se llama “vérnix caseosa”, y su función fue proteger a tu bebé del líquido amniótico mientras estaba dentro de tu útero. Además, en sus primeros días de vida sigue protegiéndolo del medio ambiente. Puede ser que tu bebé también presente un leve acné causado por las hormonas maternas, o incluso algunos tipos de salpullido más notorios en su cara.

En algunas ocasiones, los bebés recién nacidos pueden tener algunas protuberancias duras bajo la piel. Estas se presentan cuando al nacer se destruye cierta cantidad de tejido graso, lo cual no es peligroso. Después de un tiempo, estas desaparecen o se revientan expulsando una sustancia amarilla. En otros casos, los bebés nacen con un vello fino y suave llamado “languo”, que puede cubrir partes de su cara y cuerpo y que también desaparece a las pocas semanas.

Te sugerimos esperarte por lo menos 24 horas antes de enjuagar a tu bebé con una esponja, esto con la finalidad de no remover por completo el vérnix caseosa y de esperar hasta que se le caiga el cordón umbilical para darle su primer baño. Cuando lo empieces a bañar, te sugerimos evitar el uso de jabones, talcos, lociones o cremas perfumadas para no resecar su piel. Mejor opta por productos neutros e hipoalergénicos que tu médico te recomiende. Asimismo, evita vestirlo con ropa sintética, ya que esto puede empeorar o afectar el estado de la piel de tu bebé.

Existen múltiples condiciones en la piel de un recién nacido que, por lo general, mejoran después de las primeras 72 horas de vida. Es durante este periodo cuando su piel se va aclarando poco a poco y va adquiriendo una textura más seca. Es posible que después de este periodo notes que la piel de tu bebé recién nacido se vuelve escamosa. Si esto sucede, no tienes de que preocuparte, pues es completamente normal. Por último, te sugerimos que cualquier anomalía que notes en la piel de tu bebé, consultes a tu médico.

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Si tu bebé nace en un hospital, es normal que los médicos le pongan una pinza plástica al muñón y le pongan una solución antiséptica para evitar infecciones. Después de 24 horas, esta pinza plástica se retira y se le hace una curación a base de alcohol y gasas.

Una vez fuera del hospital y, durante los primeros días, se debe tener cuidado especial con el muñón. Sigue las instrucciones de tu médico para que no haya complicaciones y para asegurarte que el ombligo nunca llegue a infectarse. Normalmente, lo que se recomienda es que hasta que el cordón umbilical se desprenda por si solo, se mantenga el área limpia y seca. Por este motivo se aconseja que esperes un tiempo para bañar por primera vez a tu bebé.

Además de mantener seca y limpia el área del muñón, es posible que tu médico te dé instrucciones para realizarle una curación diaria con un antiséptico, el cual ayuda a que la cicatrización sea más rápida y a que el muñón se caiga con mayor rapidez. Es muy importante que por ningún motivo intentes arrancarle el muñón a tu bebé, ni se lo jales, ya que esto solo puede traerle complicaciones.

Dentro de los cuidados del cordón umbilical, te aconsejamos que vigiles cualquier síntoma de infección en el cordón umbilical de tu bebé. En caso de que presente alguna secreción amarillenta, tenga la piel sensible o enrojecida, o genere un olor desagradable, acude inmediatamente a tu médico. De igual forma, visita a tu médico si presenta un sangrado activo, es decir que cada vez que limpias la sangre de su ombliguito, vuelva a salir otra gota. Asimismo, si el muñón no se ha desprendido después de cuatro semanas, puede ser síntoma de un problema con el sistema inmunológico de tu bebé y debes buscar asesoría médica para asegurarte que tu bebé está sano.

El objetivo de poner a prueba a tu bebé en su primer minuto es para establecer que su transición del medio intrauterino al mundo externo sea la adecuada.

Esto se realiza con un examen físico del recién nacido en el que se observan 5 signos clínicos y se llama “Test de Apgar”. Cada uno de los parámetros es evaluado del 0 a 2, en donde 0 significa que está en mal estado, 1 en situación intermedia y 2 en perfectas condiciones. A continuación te explicamos los parámetros de evaluación de este examen físico del recién nacido:

• Frecuencia cardiaca: Se miden las pulsaciones de su corazón. Esta medición es de las más importantes, ya que si no se perciben pulsaciones, tu bebé deberá recibir inmediatamente una atención médica especial. 

• Respiración: Al igual que la frecuencia cardiaca, esta prueba es de las más importantes, ya que mide su capacidad respiratoria. En caso de que tu bebé recién nacido tenga un 0 en esta prueba, necesitará que lo conecten enseguida a un respirador artificial. 

• Tono muscular: Se revisa la fuerza de sus músculos a través de la flexibilidad y movilidad de sus brazos, piernas y caderas.

• Color de piel: A partir del color que tenga tu bebé se puede determinar su estado general. Si presenta un color rosáceo o rojo, seguramente está muy bien. En cambio si se encuentra morado, azul o blanco, puede que tenga insuficiencia respiratoria o algún problema en su ritmo cardiaco. Sin embargo, es normal que los dedos de las manos y de los pies tengan un matiz azulado debido a la escasa circulación de sangre durante las primeras horas. (Ver artículo Cuidados del recién nacido: La piel de tu bebé).

• Reflejos: Se mide la respuesta que tiene tu bebé recién nacido a ciertos estímulos, esto ayuda a descartar anomalías en su sistema nervioso. Por ejemplo, cuando se realiza la limpieza de las vías respiratorias, un niño sano reacciona con tos o llanto. Los reflejos más importantes en tu bebé recién nacido son la reacción de sobresalto y los reflejos de búsqueda y succión.

Además del “Test de Apgar”, tu bebé recién nacido pasará por otros exámenes físicos de exploración durante sus primeras 12 horas. Estos incluyen las mediciones de su peso, estatura y circunferencia de la cabeza.

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