Fuente: flickr.com / Bridget Coila
La respuesta a la pregunta ¿cuándo debo ser firme con mi hijo? es simple: cuando esté de por medio su salud o su seguridad. Muchas veces tendrás que decirle “¡NO!” a tu bebé para protegerlo y evitar que se lastime. Tal vez él se enoje porque no comprende la razón por la que tuviste que ponerle un alto, sobre todo si eres una mamá tranquila y respetuosa de sus espacios y decisiones.
Tendrás que ser firme cuando esté de por medio su salud o su seguridad.
Cuando los papás dan un “NO” tajante se puede liberar un tremendísimo berrinche en tu bebé. Sin embargo, un niño que tiene libertad y seguridad para explorar, eventualmente aprende que un “¡NO!” tajante está ligado a su bienestar. Para que puedas lograr esto con tu bebé, te recomendamos que siempre le expliques de un modo calmado, la razón detrás de tu postura. También procura que tus hijos vivan en un ambiente donde sean libres para explorar y donde el “¡NO!” sea más la excepción que la regla. Si les pones demasiadas restricciones a tus hijos, el “¡NO!” perderá su valor y te será más difícil limitar conductas peligrosas o poco saludables.
Es muy importante que seas muy consistente al establecer límites. Por ejemplo, si tu hijo quiere cruzar la calle sin tomarte la mano, es importante que siempre insistas que esta conducta no es aceptable y lo hagas tomarte de la mano. En general, cuando los límites son claros y consistentes, no hay niños berrinchudos.
En general, cuando los límites son claros y consistentes, no hay niños berrinchudos.
Adicionalmente, para garantizar el bienestar de tus hijos en todo momento, procura que tu casa sea lo más segura posible y que no pueda acceder a zonas peligrosas. Por ejemplo, asegurarte de tener tapados con protectores especiales los enchufes, poner rejas en las escaleras, evitar que pueda entrar al baño para meter la mano en el excusado, limitar que esté cerca de zonas calientes como la estufa y el horno, así como en lugares profundos como una alberca, un pozo o agujeros, entre otros. Siempre quítale los objetos peligrosos a tu hijo y dale algo seguro con que jugar. Asimismo,evita que tu hijo sufra cambios bruscos de temperatura y que consuma alimentos no higiénicos.
Por favor observa a tu hijo en todo momento, de manera que no se sienta invadido, pero que puedas anticipar cualquier peligro. Recuerda que toma tan solo un instante para que suceda un accidente. Por otro lado, asegúrate que después de decirle que “NO”, le expliques claramente lo que hubiera sucedido si hubiera hecho algo peligroso. De ti depende que esté seguro: enséñale cómo protegerse para evitar lastimarse.
Sé firme y muy clara en lo que se refiere a su salud y su seguridad. Nunca cedas cuando se trate de su bienestar.
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