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¿En regadera? ¡Sí, en regadera! Puedes hacerlo desde sus primeros días de nacido siguiendo algunas medidas básicas de seguridad que encontraras al final de este artículo.
5 ventajas de bañar a tu bebé en la regadera
- Puedes bañarlo en cualquier lugar y momento: de vacaciones, al salir de una alberca o de visita en otra casa. Todo esto sin tener que preocuparte por el ritual de calentar el agua, llenar la tina, vaciarla, secarla y guardarla. ¡Hay familias que cargan con la tina al salir de viaje!
- No será un drama la transición a la regadera cuando ya no quepa en su tinita.
- No necesitas espacio para la tina. Si vives en departamento pequeño esto es muy preciado.
- A la hora del baño, los bebés se acostumbran a la sensación del agua en la cara y lo disfrutan. Incluso, puede ser más fácil para ellos que para otros niños, meter la cara en el agua cuando comienzan a nadar.
- Los bañas al mismo tiempo que te bañas tú, ahorrando mucho tiempo.
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4 tips de seguridad al momento del baño
- Puedes colocarte una camiseta para disminuir el riesgo de que se resbale tu bebé. Mantenlo bien sujeto en todo momento, pegado a tu cuerpo (a la camiseta), abrazándolo y tomándolo de la axila con una mano, mientras lo enjabonas y enjuagas con la otra.
- Un rebozo de argollas de tela ligerita también te puede ayudar para mantener a tu bebé seguro mientras lo bañas (te sugerimos primero aprender a usarlo bien fuera del agua).
- También puedes sentarte dentro de la regadera para así estar más cómoda y
- Revisa que el agua esté a una temperatura adecuada antes de meter a tu bebé. Prueba siempre con el codo, así como lo haces en la tina.
Recuerda que el baño debe ser un momento placentero para ti y tu bebé, así que opta por lo que mejor les funcione. Puedes alternar los baños, a veces de un modo, a veces de otro, así no dejarán de disfrutar de chapoteos y burbujas de un baño de tina, y también gozarás de la libertad y flexibilidad que te otorga el poder bañarlo en la regadera en cualquier lugar.
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