Foto de Pia Soto. Con todos los derechos reservados.
Y un día, ¡todo tuvo más sentido que nunca antes! Todo se multiplicó por mil millones. Todo el amor, las alegrías, los miedos, la felicidad, las incertidumbres, las risas y también las lágrimas. Desde el instante en que supe que tenía a Emma junto a mí, no dejé de acariciarla. Me encantaba tocar mi panza y enseguida sentir sus pataditas; estaba convencida de que esa era su forma de responder a mi gesto de amor.
No viví momento más hermoso y emotivo que cuando olí su piel y besé sus cachetes rosados aquel 27 de diciembre de 2012. Igualmente, cuando descubrí su sonrisa, sus gestos, sus ojos repletos de amor, sus sonidos, cada rincón de su diminuto cuerpecito. En una milésima de segundo: mi vida, mis prioridades y mi mirada sufrieron un cimbronazo incomparable al reconocerme siendo mamá. ¡Ayyyy! ¿Cómo no derretirse ante esa miniatura que desparrama ternura a montones? Desde el instante en que la tuve entre mis brazos: adoro decirle cuánto la amo. Pero nada se compara con uno de nuestros “abrazos de oso”; es ahí cuando siento que no necesito nada más, mi mundo se detiene.
La definición de maternidad para mí es: “TE AMO Y LUEGO EXISTO”
Una breve, pero sincera definición de maternidad para mí es: “TE AMO Y LUEGO EXISTO”. De todas formas, creo que faltan palabras en el diccionario para (comenzar) a explicar este inigualable sentimiento. Estoy segura de que entre todas, en este nuevo espacio que quiero que compartamos, podremos sumar muchas más descripciones. ¿Cuál es tu definición de maternidad?
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¡BIENVENIDAS!
Con amor, Mamá Pia.
