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Mi experiencia con los berrinches

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berrinches Fuente: 123rf.com

Ingenuamente pensé que para mí y mi hijo, la parte de los berrinches podría pasar desapercibida. Con el historial de Juliancito, quien es un niño sumamente activo, muy estimulado, cero llorón y muy bien portado, estaba convencida que esta transición a la independencia sería muy sencilla. En lugar de sencilla, esta ha representado todo un reto de paciencia, y muchas veces contar hasta cien parece no ser suficiente.

Es importante entender que a partir de los 18 meses, los niños empiezan a buscar su independencia, sin importar que existan reglas y límites. Este factor, acompañado de un déficit de comunicación y en mi caso, un embarazo, generaron un escenario complejo que ha llevado a Juliancito a expresar su frustración a través de los famosos berrinches.

El problema no es cuando los berrinches suceden en mi casa, sino cuando son frente a un público muy atento que parece evaluar la manera en que manejo la situación. ¡Como si fuera el primer niño del planeta que pasa por eso!

Te recomendamos leer: Berrinches en niños: ¿Por qué se presentan? 

¿Y qué se debe hacer en estos casos? Es la pregunta que todas nos hacemos en momentos de crisis, y parece que en esos cinco minutos de locura no hay respuesta perfecta. Definitivamente, la mejor alternativa es tratar de prevenir el berrinche. Esto es, no exponiendo a nuestro bebé a ciertas situaciones cuando tiene sueño, está cansado, o tiene hambre. Estos factores simplemente empeoran el escenario que probablemente se pudo haber controlado si el bebé hubiera estado de buenas.

Sin embargo, cuando ya se salió de control la situación y Juliancito está en pleno berrinche, a mí me ha funcionado “dejarlo vivir el berrinche”. ¿Y qué significa esto? Primero trato de distraerlo con un juguete o una actividad para que comience a tranquilizarse. Después, le explico lo que está pasando y lo que él está sintiendo. Para mí, es importantísimo que aprenda a identificar sus sentimientos para que eventualmente logre controlar sus emociones. Todo esto lo hago sin ceder al motivo de su berrinche, ya que estoy trabajando en establecer los límites.   

En este artículo encontrarás 4 estrategias para apoyar la autorregulación de tu bebé.

 A veces nada funciona: Juliancito no para de llorar y la paciencia empieza a agotarse por cada minuto que pasa, pero lo importante es que eventualmente pasa y todo vuelve a la normalidad.

Definitivamente no te recomiendo que si tú estás en la misma situación, ignores a tu bebé, le des lo que quiere, lo regañes, le des nalgadas o le grites para que te escuche. Tu bebé está tratando de comunicarte algo, de la peor manera posible en nuestro lenguaje de adultos, pero te está pidiendo que lo escuches. Necesita atención, necesita que lo abraces después de que pase el escándalo, que le recuerdes que lo quieres. En nosotras está el que nuestros hijos aprendan, o no, a manejar la frustración y las emociones que los sobrepasan en ese momento.

Da clic aquí para conocer qué puedes hacer cuando tu bebé está haciendo un berrinche. 

Aprovechemos la habilidad que tenemos como mamás para bloquear los gritos, llantos y alarmantes sonidos de bebé que a cualquier persona volverían loco, y armémonos de paciencia para sobrellevar esos cinco minutos de agotadores y desgastantes berrinches. Nadie dice que es fácil, pero seguramente con el tiempo nos volveremos expertas en el manejo de los berrinches, si no en algún momento nuestros hijos dejarán de hacerlos (espero que sea la segunda alternativa la que pase primero). ¿A ustedes cómo les va?

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