Fuente: 123rf.com
En las últimas décadas se han inventado miles de productos para facilitar la tarea de ser madres y dar más comodidad a nuestros bebés. Existen muchos ejemplos de estos “nuevos” artículos, tal como los pañales desechables, las toallitas húmedas, entre otros. Sin embargo, también hay productos que han existido desde hace muchos años y que siguen estando a la vanguardia en términos del cuidado de tu bebé. Este es el caso del fular o reboso.
El fular portabebés ha adquirido mucha popularidad debido a la creciente divulgación sobre los beneficios de ser Mamá Canguro y de cargar a tu bebé en brazos. La ventaja del fular portabebés es que brinda un soporte ergonómico a lo largo de todas las etapas de desarrollo de los bebés y que se puede usar en toda ocasión.
Para empezar a usar un fular portabebés, tienes que tomar en cuenta los siguientes aspectos:
1. Conocer los diferentes tejidos que existen.
Entre los materiales podrás encontrar una gran variedad de telas y texturas. Te recomendamos que elijas las que son de fibras naturales para evitar rozaduras y no causarle problemas de respiración a tu bebé.
Los fulares comerciales se dividen en tejidos elásticos y no elásticos. Los de tejido elástico son una buena opción para cuando tu bebé es un recién nacido o tiene pocos meses de edad. Este tipo de tejido te facilitará hacer los nudos y ajustar el cuerpo de tu bebé al tuyo. Además, las telas elásticas producen más placer, tanto en ti como en tu bebé, ya que son suaves y agradables al tacto. Sin embargo, al usar este tipo de fulares debes tomar en cuenta que tu bebé no deberá pesar más de 10 kilos, porque a medida que él adquiere más peso los nudos pueden desajustarse.
Por su parte, los fulares de tejido no elástico son más prácticos cuando tu bebé adquiere más peso y cuando tú has adquirido experiencia haciendo los nudos. Este tejido puede complicar un poco más el anudado, sin embargo, una vez hecho no se desajusta. Si no has tenido experiencia previa haciendo nudos con un fular elástico, te recomendamos practicar hasta sentirte segura, antes de usarlo con tu bebé.
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2. Elegir entre los diferentes largos.
Las medidas del fular portabebés pueden ir desde los 3.5 metros hasta los 5.5 metros de largo, mientras que el ancho es de aproximadamente 50 centímetros. Para decidir el largo de tu fular, tendrás que basarte en tu talla, tu estatura y el tamaño de tu bebé. Nosotros te recomendamos que hagas pruebas antes de comprarlo, para que no sientas que te sobra o te hace falta tela. También puedes comprar uno de tamaño promedio, es decir de 4.5 metros, para que a medida que tu bebé crezca no necesites adquirir uno más largo.
3. Conocer las posiciones más adecuadas para tu bebé.
Colocar un fular portabebés es sencillo, pero es necesario practicar para garantizar la seguridad de tu bebé. Por esta razón, te aconsejamos que al empezar a usarlo practiques con un oso de peluche o con un muñeco que simule el cuerpo de tu bebé. Cuando te sientas lista para cargar a tu bebé, debes tener en cuenta que la posición al atarlo debe ser ergonómica tanto para él como para ti. Si algo les resulta incómodo, es una señal de que debes volver a anudar, ya que una posición incorrecta puede perjudicar el desarrollo de los huesos y músculos de tu bebé.
En la postura más básica, tu bebé debe estar siempre recargado sobre ti, con las piernas abiertas en un ángulo de 45 grados y sus rodillas flexionadas. Mientras tanto, su peso corporal debe apoyarse sobre sus glúteos, ósea debe estar sentado. Además, ten en cuenta que su cara debe ir contra tu pecho o contra tu espalda.
Para aprender a anudarlo en distintas posiciones, te invitamos a ver el video para posición de cuna, en posición vientre con vientre, y para bebés prematuros.
¡Esperamos que hagas uso de esta tradicional y benéfica manera de cargar a tu bebé!
