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Muchas veces he oído a personas referirse a nosotras, las embarazadas, como mujeres frágiles e incluso débiles. Afortunadamente puedo decir que mi realidad está muy lejos de esas palabras, tanto en el embarazo de Emma como en este segundo que estoy transitando con Sara. No he tenido náuseas, mareos ni otros síntomas que a veces nos comentan otras mamás o leemos en artículos para mujeres en la dulce espera.
En lo que sí coincido y que me han comentado mis amigas mamás, es en que no hay nada como el primer embarazo. El recuerdo es imborrable… ¿Alguien puede decir lo contrario? Principalmente porque tu tiempo es cien por ciento para la panza, para tu primer hijo. La espera es simplemente mágica. Clases de yoga, de pilates, masajes, etc., ocuparon mi tiempo durante varios meses en el año 2012.
Lo que voy a escribir sé que para algunas puede sonar fuerte, pero para quienes lo vivieron o viven sabrán entenderme. Sara por momentos pasa un poco desapercibida. Hay situaciones en las cuales me tengo que recordar a mí misma que estoy embarazada y otras… ¡a Leo! Quien está plenamente consentida durante estas 9 lunas es Emma, y no la futura mamá. Con esto no quiero expresar ni que piensen que este segundo embarazo es peor, sino muy distinto. Lo vivo de manera diferente.
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En “estado embarazoso” me siento increíble, con mucha fuerza, con mucha energía y, sobre todo, alegría. A diferencia del primero donde toda mi expectativa estaba puesta en el mismísimo parto, ahora me concentro en el encuentro de mis dos pequeñas y en cómo se va a repartir mi corazón. Y con esto me refiero a que continuamente me pregunto cómo va a ser mi amor hacia Sara cuando estoy completamente enamorada de Emma. Es tan grande el amor que siento por quien se va a convertir en hermana mayor, que no soy capaz de comprender cómo voy a ser capaz de dar más amor. Algunos de mis interrogantes: ¿Se duplica el amor? ¿Es un amor distinto? ¿Cambia el amor? ¿Se repite ese “amor a primera vista”?
Todo este “tema” para mí es un misterio. ¿Qué pueden decirme las mamás que ya vivieron esta experiencia?
Con cariño,
Mamá Pia
