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Nadie tiene la razón en la maternidad ¡Dejemos de juzgarnos!

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Juzgar a las demás personas está en la naturaleza humana. Por alguna razón, constantemente lanzamos juicios precipitados acerca de la manera de vivir de los demás. Y las mamás no se salvan de ser enjuiciadas por el ojo público. Te invitamos a leer el artículo: Lidiando con las diferentes opiniones de la maternidad.

Tal vez te ha pasado que critican tu manera de llevar la maternidad: “¡Le va a dar mamitis a ese niño si lo consientes tanto!”; o tú misma te has descubierto teniendo pensamientos sobre la manera en que otras mujeres se comportan: “¡Ay, qué mamá tan exagerada!”.

Es difícil que exista un mundo libre de prejuicios, pero podemos mejorar las cosas. Podríamos entrenarnos en practicar la empatía y la comprensión. Es posible que no podamos controlar nuestro primer pensamiento, por ejemplo: “¡Qué mujer tan nerviosa!”, pero podemos tratar de comprender el por qué de las cosas: “Al parecer su bebé está enfermito de su pancita”.

Desafortunadamente, muchas veces nos quedamos en el primer pensamiento, y podemos estar muy equivocadas. ¡Nadie nos salvamos! Todos hemos prejuzgado a otras personas y hemos sido juzgados.

¿Qué pasaría si empezamos a demostrar empatía en lugar de desaprobación? Imagina que tu bebé hace un terrible berrinche en el supermercado, y en lugar de que las personas te miraran como bicho raro, te regalaran una sonrisa para decirte “¡Te entiendo! Yo he pasado por lo mismo”. Eso se sentiría muy bien, ¿no lo crees? ¿Y qué sentirías tú al hacer lo mismo por otra persona? Estoy segura de que tendrías un poquito menos de negatividad (no porque seas negativa), y te sentirías bien. Ser empática con las personas podría volverse más placentero que juzgarlas… ¡Y eso sería maravilloso!

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Piénsalo, juzgar a otras mamás te hace sentir rechazo hacia ellas, mientras que entenderlas te crea un sentido de pertenencia: “¡Todas somos mamás!”. Es verdad, a veces no nos dan ganas de ser amables, pero la recompensa es grande, porque cuando dejas de juzgar a los demás, estás practicando la aceptación de ti misma: “¡Yo también soy mamá! Yo también me desespero algunas veces por causa de mi bebé”.

Piénsalo, juzgar a otras mamás te hace sentir rechazo hacia ellas, mientras que entenderlas te crea un sentido de pertenencia: “¡Todas somos mamás!”.

Seguramente habrá situaciones en las que te cueste ser más empática, sobre todo en las que las mamás tengan un comportamiento que va totalmente en contra de tus principios o valores. En estos casos, lo que yo te podría recomendar es que aunque no intentes comprender su comportamiento, te digas: “No estoy de acuerdo con sus elecciones y seguramente ella tampoco aceptaría las mías, pero cada una está haciendo su mayor esfuerzo a su manera.”

¡Verás que practicar los “no prejuicios” se sentirá muy bien!

Los hijos también son motivo de rivalidad entre las mamás, para saber más al respecto te recomendamos leer el artículo: Mi hijo Vs. Tu hijo.

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