Home / Día a Día / Malestares y enfermedades / Mi experiencia con el reflujo en bebés

Mi experiencia con el reflujo en bebés

Autor:
Comparte:
reflujo en bebes, reflujo en los bebés Foto original de Pia Soto. Todos los derechos reservados.

Hasta el séptimo mes de su vida, Emma siempre vomitaba en muuuy grandes cantidades después de comer. Siendo sincera, ¡también lo hacía antes y mientras comía! Yo me preocupaba al creer que no comía lo suficiente, porque devolvía todo lo que había comido de mi pecho. Al mes de nacer, mediante un estudio médico, nuestro pediatra determinó que ella tenía el grado más alto de reflujo posible, debido a la inmadurez de su aparato digestivo.

Tal vez te interese ver: ¿Cómo saber si mi bebé come lo suficiente? 

Una colección de incontables repetidores y baberos me acompañó a todos lados a lo largo de esos, para mi, eternos meses. Los controles pediátricos rutinarios estaban cargados de ansiedad. Además, todo el tiempo nos preguntábamos con Leo: ¿Cuánto habrá subido Emma de peso? Las respuestas eran alentadoras: 800 grs, 1,200 kg, 1 kg. Al sexto mes ya estaba por encima de la curva de crecimiento (¡Pesaba 8, 500 kg!). En paralelo, admirábamos la muy buena actitud de Emma: vomitaba y al segundo desprendía una enorme sonrisa, hasta en algunas ocasiones con carcajada. Por esta razón, el pediatra Andrés solo nos pedía tener paciencia, la cual también necesitaba para seguir lavando la ropa de Emma, de Leo y mía, así como la carriola, las sábanas, las toallas, las toallitas, los jueguetes, los tapetes y todas las otras cosas que llegaban a ensuciarse.

Admirábamos la muy buena actitud de Emma: vomitaba y al segundo desprendía una enorme sonrisa, hasta en algunas ocasiones con carcajada.

Sin exagerar, con mi gordita vivíamos todos vomitados. Por ejemplo, llegué a cambiar 3 veces en una noche nuestras sábanas y pijamas. Cada vez que alguien le hacía “upa”, le advertía que mi gorda venía con “sorpresa”. Afortunadamente, tal como nos dijo (nuestro adorado) Andrés, al comenzar a sentarse y a comer, los “vómitos exorcistas” desaparecerían poco a poco. ¡Y así fue!

Para que tú estés tan cómoda como yo con mi pediatra, te recomiendo leer el siguiente artículo: ¿Cómo elegir pediatra?

A pesar de que se me cruzó por la mente la idea de detener la lactancia para probar cómo digería la leche de fórmula, nunca lo hice. Continué alimentándola de mi pecho a libre demanda. Cabe destacar que este proceso estuvo acompañado de una sacrificada dieta, por parte mía, para generar una leche más “liviana”. En cada cita, el Dr. Andrés me daba ánimo para seguir adelante. Si quieres saber qué puedes hacer si tu pediatra te recomienda usar leche de fórmula, te recomendamos dar clic aquí.

Como conclusión: si tu bebé tiene reflujo, pero sube de peso y es feliz, sonriente y activo, ¡DALE TIEMPO AL TIEMPO! ¡TODO PASA! Ármate de una buena colección de repetidores y baberos y ¡no dejes que nada te impida disfrutar de sus primeros meses! Sí, te aseguro que habrá momentos en los que pensarás: “¿¡Cuándo se terminará el reflujo!?”, ¡pero no dejes de gozar junto a tu hija/o!

Aprovecho esta oportunidad para agradecerles a todos nuestros familiares y amigas/os que han sido “bautizados” por Emmita y siempre han respondido con una sonrisa y palabras de aliento. ¡Han sido de mucha ayuda!

¿Alguna de ustedes transitó o transita este camino? Cuéntenme.

Con amor, Mamá Pia

Comparte:

Mamá Pia

Mamá de Emma

Más sobre el autor

Descubriendo la Maternidad es inspiración y energía, un espacio donde encuentras pequeñas dosis de positivismo en las cosas de la vida cotidiana.

Más sobre el autor
DEJA TU COMENTARIO

Artículos relacionados