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Sentir inflamación y dolor en los senos es una condición completamente normal durante la lactancia materna, sobre todo es muy común en los primeros días después del nacimiento de tu bebé. Sin embargo, si la inflamación y el dolor no disminuyen o comienzan después del cuarto día que iniciaste la lactancia, y están acompañados con algunos de los síntomas descritos aquí, es importante que le des cuidados adicionales a tus pechos. A continuación te damos algunas sugerencias de cómo tratar la inflamación y el dolor en los senos durante la lactancia materna:
Antes de empezar a amamantar:
- Dale un leve masaje a tu pecho. Empieza cerca de tu torso y gradualmente mueve tus manos hacia tu pezón.
- Ponte hielo o alguna compresa fría en tus pechos durante 20 minutos.
- Si a tu bebé se le está dificultando agarrarse, intenta extraerte un poco de leche de modo manual o con la ayuda de un extractor antes de empezar a amamantar a tu bebé. Esto suavizará un poco tu pecho y a tu bebé se le hará más fácil agarrarse.
Durante la lactancia:
- Continúa dándole masajes a tu pecho mientras tu bebé come.
- Aprieta tu pecho aumentando la presión interna, asegurándote que no te duela y que no estés cambiando la forma de tu areola. Es importante que no sueltes la presión.
- Tu pecho se debe suavizar después de amamantar algunos minutos. Cuando esto suceda, intenta desprender a tu bebé y vuélvelo a acomodar para obtener un mejor agarre.
Entre sesiones de lactancia:
- Si tu pecho se siente demasiado lleno, intenta extraerte leche de modo manual o con un extractor. Esto debería suavizar tus pechos.
- No es bueno dejar que tus pechos se llenen demasiado, pero tampoco es bueno extraer demasiada leche ya que esto puede llevar a una sobreproducción de leche.
- Ponte hielo o alguna compresa fría en tus pechos.
- Evita corpiños mal ajustados o apretados.
- Intenta tomar ibuprofeno una o dos veces por día para disminuir el dolor.
- Evita sobreestimular tus pechos.
- Evita aplicar calor a tus pechos ya que el calor causará que se inflamen más.
- Toma muchos líquidos y mantente hidratada.
Consulta a tu médico o consultor de lactancia en caso de que: no notes mejoras después de dos o tres días, tu bebé no se esté sujetando correctamente o no esté yendo al baño regularmente, tengas fiebre, sientas debilidad o malestares similares a los que sentirías con una gripa, o tienes algún otro síntoma de mastitis.
