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Algunas personas creen, erróneamente, que dar amor incondicional a los hijos, incluso cuando se portan mal, vuelve a los niños malcriados. Nosotros, en cambio, creemos que el amor que le das a tu hijo siempre debe ser incondicional.
¿A qué nos referimos con amor incondicional? A no condicionar el amor que le demuestras a tu hijo si hace o deja de hacer algo, ni tampoco al humor que tengas ese día.
Para dejarlo más claro: por un lado, están la disciplina y los límites. Los cuales se ejercen para que tu hijo sepa lo que puede hacer y lo que no. Estos son la manera en que tú puedes establecer orden en tu casa, en tu vida y en la de él. Por otro lado, está el amor que le tienes y que tu hijo debe saber que sientes en todo momento, independientemente de su comportamiento. Lo importante aquí es que entiendas que estas dos cosas deben ir separadas. Dicho de otra manera: poner límites y disciplina no equivale a retirarle tu amor.
Dicho de otra manera: poner límites y disciplina no equivale a retirarle tu amor.
Cuando tu hijo no cumpla las reglas, no debes acudir a frases como “¡ya no te quiero porque te portas muy mal!”, “ ¡te quiero mucho más cuando te portas bien!”, “¡pobre de ti si no me haces caso!”, o “¡pues síguele y ojalá y te rompas la cabeza para que entiendas!”. Todas estas frases denotan que lo querrás menos o te preocuparás menos por él cuando tenga un mal comportamiento. Esto hace que tu hijo se sienta desprotegido y con falta de amor. Te recomendamos que tampoco recurras a acciones que impliquen que retiras o condicionas tu amor.
¿Por qué es importante que tu hijo crezca en un esquema de disciplina y límites? Lee este artículo para descubrirlo.
Si tú bebé no cumple con los límites o acciones de disciplina, lo que tienes que hacer es simplemente seguirle recordando que esas son las reglas y que estas tienen consecuencias. Puedes aplicar el castigo, siempre diciéndole que lo quieres independientemente de lo que haga. La clave para el éxito no es condicionar el amor, sino que seas constante y lógica, es decir que no haya un exceso de reglas y límites. Recuerda que las amenazas, los miedos, el retiro de cariño y de afecto NO son la manera de cómo educar a los hijos, sino que son maneras de crear resentimiento y tristeza. Para conocer cuál es la base para establecer disciplina, límites y rutinas, da clic aquí.
¡El amor y las reglas sí pueden formar y educar a tu bebé como una persona responsable, agradecida y feliz!
