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Cuando tu bebé nace, se expone a un mundo nuevo, lleno de gérmenes y bacterias que no existían en el vientre materno y que aún no está listo para combatir. No te preocupes, conforme tu bebé vaya creciendo, va a ir desarrollando las defensas que lo protegen de su medio ambiente. Eventualmente, y como todos los adultos, desarrollará un ejército de anticuerpos que lo ayudarán a combatir ciertas enfermedades e infecciones. Sin embargo, si por el momento te preguntas “¿cómo puedo proteger a mi bebé?”, la respuesta es muy fácil: amamantándolo.
Para saber más acerca de la importancia de una buena alimentación en los niños, da clic aquí.
La leche materna, a diferencia de la fórmula, tiene la gran ventaja de que viene cargada de los anticuerpos de la mamá. Por lo tanto, al dársela a tu bebé lo estás protegiendo de su medio ambiente. Es así como amamantar previene enfermedades e infecciones en tu bebé, o en otras palabras ¡amamantar a tu bebé es como vacunarlo!
En otras palabras ¡amamantar a tu bebé es como vacunarlo!
En este artículo podrás conocer la experiencia de nuestra mamá-bloggera Artemisa Padilla
con las vacunas para bebés.
Es por esto que los bebés lactantes son menos propensos a contraer:
- Infecciones intestinales (que pueden causar diarrea y vómito)
- Infecciones del oído
- Infecciones urinarias
- Neumonía
- Entre otras
Te recomendamos alimentar a tu bebé con leche materna el mayor tiempo posible, ya que esta puede contribuir a que crezca más sano. Para saber más sobre las ventajas de la lactancia materna, te invitamos a que leas el siguiente artículo: 10 principales beneficios de la lactancia materna.
